Los datos son el combustible de la inteligencia artificial. Dicen tanto de nuestro comportamiento e interacciones y de cómo nos relacionamos con el entorno que pueden transformar para mejor la vida de millones de personas.
Casi todos los problemas importantes del ser humano se pueden abordar usando los datos y la inteligencia artificial.
Y, en este mismo momento, los algoritmos de inteligencia artificial están intentando predecir tu próximo movimiento, aprendiendo a conducir y luchando contra el cáncer.
Allá donde haya una base de macrodatos, probablemente haya un algoritmo de inteligencia artificial trabajando para aprender lo que pueda de ellos. Y es que estos datos pueden ayudar a prevenir enfermedades, epidemias y catástrofes; permitir que las personas con discapacidades disfruten de una vida mejor; optimizar los recursos escasos, y trabajar en favor de la inclusión, la seguridad y la equidad.